El regreso de Rosalía a los escenarios no es una simple vuelta: es una declaración de intenciones. Con LUX, su cuarto álbum, la artista lanza una apuesta que trasciende la idea de «disco pop» y construye un universo escénico y sonoro propio. La gira anunciada —LUX TOUR 2026— confirma que lo que se ha escuchado en estudio tendrá su traducción en una puesta en escena mayor, acompañada por una imaginería y una sonoridad que quieren obligar al público a escuchar y mirar de otra manera.
Un anuncio que marca época
La gira arranca el 16 de marzo de 2026 en Lyon (LDLC Arena) y recorrerá 42 conciertos en 17 países, cerrando el 3 de septiembre de 2026 en San Juan, Puerto Rico (Coliseo de Puerto Rico). El calendario incluye conciertos por Europa, Norteamérica y Latinoamérica, con paradas en ciudades clave y recintos emblemáticos —Madison Square Garden, Accor Arena, The O2—.
Para España, las fechas se concentran en dos grandes sedes: cuatro conciertos en el Movistar Arena de Madrid (30 de marzo, 1, 3 y 4 de abril de 2026) y cuatro en el Palau Sant Jordi de Barcelona (13, 15, 17 y 18 de abril de 2026). Las entradas generales se ponen a la venta el 11 de diciembre de 2025 (con preventas el 9 de diciembre para clientes del Santander). Ticketmaster y la propia web de Rosalía actúan como puntos oficiales de venta y comunicación.
Las señales son claras: tras la era Motomami —un fenómeno que emocionó y enamoró a los fans de la artista— Rosalía opta por recintos cerrados y un formato que permita un control escénico mayor y una ambición sonora orquestal.
LUX: estructura, cuerpo y riesgo artístico
Musicalmente, LUX aparece como el disco más ambicioso de Rosalía hasta la fecha. El álbum se articula en cuatro movimientos, bebe de la música clásica y de la tradición coral y orquestal, e incorpora elementos contemporáneos —autotune, electrónica y pasajes experimentales— que rompen con la rigidez de los géneros.
Este álbum despliega pasajes orquestales, cambios de tempo, giros dramáticos y letras cargadas de simbolismo, una estética que mezcla lo sagrado y lo terrenal, lo carnal y lo espiritual.
La voz de Rosalía se expande hasta terrenos operísticos, flamencos, íntimos o casi litúrgicos, según lo requiera la canción —un registro vocal tan amplio y arriesgado como pocas veces se ve en el pop—.
LUX es un álbum valiente que cultiva la belleza a través del riesgo. No es un trabajo diseñado para la gratificación inmediata, es, más bien, una propuesta que reclama la atención sostenida del oyente y que coloca a Rosalía en una posición de autora total —productora, arreglista, narradora— de su propio universo sonoro. La recompensa, para quien entre en su lógica, es grande: experiencias musicales intensas, pasajes de una carga emocional difícil de alcanzar en formatos cortos y un horizonte nuevo para el pop del siglo XXI.
Sin duda, LUX es un gesto consciente: recuperar la dimensión del álbum como obra artística, reivindicar la riqueza de la tradición musical —desde la orquesta clásica hasta la diversidad de lenguas y raíces culturales— y presentar una «pop-ópera contemporánea» sin miedo. En un momento en que el consumo de música tiende a la fragmentación, LUX reta al oyente a detenerse, escuchar con cuidado y sentirse interpelado.
Es una demostración de que se puede aspirar a algo grande sin abandonar la autenticidad, mezclando raíces y vanguardia, intimidad y monumentalidad.
Una gira que se lee como acto fundacional
El LUX TOUR 2026 llega con el aura de un hito potencial. Rosalía, que ha sabido mover su carrera entre el flamenco, el pop global y la experimentación sonora, pone ahora sobre la mesa una apuesta arriesgada: convertir la ambición de LUX en espectáculo masivo y, con ello, empujar a la industria a aceptar trabajos que pidan atención. Para el público general, la gira será la oportunidad de comprobar si ese discurso funciona en directo; para la crítica y la industria, será el laboratorio donde se medirán la coherencia artística y la respuesta comercial.
